sábado, 20 de julio de 2013

Paseando desde Brujas a Holanda parte 1


     Después de la experiencia de Bruselas en la que la etapa en bici se me hizo muy dura, decidí que debería dosificar mejor mis fuerzas, emprendería así mi viaje rumbo a las parte norte de Holanda con algo más de precaución, ingenuo de mí, no tenía ni idea de lo que me esperaba en esta jornada.

     Salí bien temprano, en un tiempo razonable crucé por el cartel que indicaba que ya me encontraba en territorio Holandés. Como me encontraba entero decidí seguir avanzando y acercarme un poco más a Amsterdam.

     Los paisajes del norte son fantásticos. Era extraño cruzarse con algún coche y todo eran campos sembrados y animales pastando.

     Como el día anterior, en Bruselas, había sobrepasado con creces el límite del presupuesto decidí que esa jornada no gastaría nada. Me quedaba algo de pan del día anterior un poco de jamón cocido y del desayuno del albergue me llevé 2 huevos duros y 4 quesitos, luego en el campo arranqué unas cebollas tiernas. Además compré algo de fruta lo que hizo que mi propósito de no gastar nada ya no se cumpliera.

     Llegué a un punto del recorrido en el que tenía que cruzar un trecho de mar y había que hacerlo en ferry embarcando a la “perlica”, por lo que tuve que comprar un billete 3,5 €.

     Llegada la hora de la cena a eso de las 20 h. atravesé un pueblecito muy pintoresco, estaban en fiestas y había un ambiente muy agradable, terrazas llenas de gente una temperatura perfecta y  un cantante bohemio que tocaba realmente bien. Se veía en las mesas unos platos muy, pero que muy apetecibles. Estuve dudando si alojarme allí y salir a comer algo, total el propósito de no gastar nada ese día ya se había roto.

     Al final decidí seguir camino. Me encontré con una playa preciosa, salvaje y enorme. Aproveché para cenar lo que me quedaba que fue suficiente. Después contemple una fascinante puesta de sol y pensé en que hice bien en no quedarme en el pueblo encantado, si lo hubiera hecho me hubiera perdido el espectáculo, cuando terminó emprendí camino.

     Llegadas esas horas, no tenía alojamiento y tampoco fuerzas para buscarlo, así que me dispuse a buscar un sitio en la playa, apenas quedaba luz y yo seguía pedaleando, estaba realmente agotado más de 12 horas encima de la bici se dejan notar.

     Crucé un puente kilométrico que unía una isla con otra. Ahora sólo hay molinos de viento y algo que parece una fábrica a lo lejos. No dejo de ver gaviotas por todos sitios, son como puntitos blancos en la oscuridad, creo que me estoy adentrando en gaviota-town y no me hace mucha gracia. Ahora hay cientos de ellas, no paran de graznar, me veo rodeado por todas partes, disimulo, sigo pedaleando.

     Por fin saldo del atolladero, encuentro un sitio entre las dunas para dormir y pienso que me tenía que haber quedado en el pueblo encantado, pero sólo eran las dudas de la inseguridad.

Continuará…

Pd: Gastos del día: 1,5 € fruta + ferry 3,5 €, total = 5,00 €

1 comentario:

  1. Con Seur 24 unos choricicos de hilo rojo y una botella de Juan Gil....y si no cuando vuelvas queda pendiente.
    Cuidate y palante

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