A eso de las 4:00 h de la madrugada me desperté, la humedad del ambiente y la escarcha
dejaron todo mojado. Saqué la bici de las dunas de arena y continué camino,
un camino que era oscuro y solitario.
Como había salido tan temprano seguía confiando
en poder hacer noche en Ámsterdam, así que no
dejé de pedalear, pero no las tenía todas conmigo. El día era gris plomizo
y micro partículas de lluvia flotaban en el ambiente, todo eso unido a un fuerte
viento de cara, hizo que se retrasara bastante la jornada.
En mi trayecto pasé por Roterdam, allí paré a comer y proseguí
la jornada. Llevaba otra vez 12 horas encima de la bici y mi objetivo estaba
aún bastante lejos pese a los 150 Klms. recorridos en esta etapa.
Entre los pueblos que veía por la zona me
decanté por hacer noche en Gouda,
donde hacen ese queso tan rico. Nada especial que destacar de esta villa.
A la hora de dormir no me molesté en ver si tenían
alojamiento sino que directamente busqué un sitio que fuera apropiado para
desplegar el saco y hacer otro vivac,
ahí como un valiente.
Amanece un nuevo día y levanto bastante
bien, mucho mejor que la anterior aunque en esta ocasión los mosquitos se
cebaron conmigo. Este día sí tendría que llegar por fin a Ámsterdam…
Esto ya es una aventura con todas las de la ley. Dos noches a la intemperie. Se van saltando barreras.
ResponderEliminarJuanfra enhorabuena,dentro de poco estarás preparadado para el Tour.
ResponderEliminarCon lo bien que he dormido yo...jeje
ResponderEliminarÁnimo Juanfra!! cómo envidio tener cosas que contar...
ResponderEliminarHola Juanito, ánimo
ResponderEliminarVuelve con una buena historia, pero tarda en volver
RECUERDA!
Cuidado con las fotografías.